Saturday, March 05, 2011

Lenguajes

Miguel Núñez, nacido en Valladolid a mediados de los años cincuenta e hijo de una familia humilde era reconocido por la comunidad científica como un auténtico portento, un monstruo de la naturaleza en el mejor sentido de la palabra. Dotado de una increíble capacidad cerebral y un dominio innato de la comunicación, era capaz de hablar más de 122 idiomas, comprender más de 200 y hacerse entender para las cosas más básicas (pedir la hora, ordenar una comida, preguntar una dirección) en otros 72. A su lado, el que fue reconocido como el más grande poliglota de la historia, el cardenal Giuseppe Gasparo Mezzofanti, capaz de hablar con fluidez 100 lenguas, parecía un niño de pecho. Y es que no sólo era capaz de expresarse con palabras, sino que conocía a la perfección el lenguaje de los signos aprendido de Sole, una tía materna sorda de nacimiento. Con la sola ayuda de un libro aprendió el código morse y en el binario fue instruido por su hermano en un apagón una tarde de tormenta , en su casa familiar a la luz de las velas.

Científicos de todo el mundo crearon un comité para analizar las funciones de su cerebro mientras le hacían hablar diversos lenguajes y recordar palabras que nunca conocieron. Tras un profundo análisis, concluyeron que no había nada perceptible en su cerebro que se pudiera relacionar con su innata capacidad. Qué él era así, simplemente.

Lamentablemente, Miguel Núñez era también un cabrón amargado al que no le gustaba hablar con nadie. Una pena.

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